Cuando mi adolescente no escucha: Cómo conectar desde el corazón en este 2025

Hablar con un adolescente puede sentirse, a veces, como gritar hacia el vacío. Las palabras parecen rebotar y nunca llegar a su destino. Si como mamá o papá has pensado: “De qué sirve que intente decirle sino me escucha?”, quiero decirte algo importante: tus palabras sí importan, aunque a veces parezca que no. 


En este artículo te compartiré cómo mejorar la comunicación con tu hijo adolescente en este 2025, en un mundo lleno de distracciones, emociones complejas y un ritmo de vida que no siempre facilita los espacios para conectar. 

¿Por qué parece que no escuchan?

Primero, es clave entender que el cerebro adolescente está en constante desarrollo. La corteza prefrontal, encargada de la toma de decisiones y la autorregulación, no está completamente formada, lo que significa que a veces nuestros hijos reaccionarán desde las emociones, no desde la lógica. Si a eso, le sumamos las presiones sociales, académicas, redes sociales y su búsqueda de identidad, pues el panorama se complica un poco.

Cuando un adolescente parece no escuchar, en realidad puede estar procesando varias cosas a la vez: “Qué me está diciendo mi mamá/papá?, ¿Cómo me siento respecto a esto?, ¿Cómo reacciono sin parecer débil?”... Suena agotador, ¿verdad? Los es, pero aquí es donde puedes marcar la diferencia. 

¿Cómo conectar en lugar de corregir?

Muchos papás caen en el error de hablar para corregir, pero los adolescentes necesitan que hablemos para conectar. 

La corrección tiene su lugar y es necesaria, pero, si no hay conexión, el mensaje se pierde.

Así que, te comparto pasos prácticos para conectar antes de querer influir. 


Escucho primero

A veces, nuestro impulso inicial es dar consejos antes de entender qué es lo que está sintiendo mi adolescente. En lugar de eso, problemos con: “Cuéntame, qué fue lo que te molesto de lo que pasó en la escuela?”

Si hacemos preguntas abiertas y mostramos curiosidad genuina, estaremos conectando.

Valido sus emociones

Aunque para nosotros pueda sonar ilógico la mayor parte de las veces, para mi adolescente, sus sentimientos son reales. Una frase como: “Entiendo que esto te hizo sentir frustrado”, puede abrir la puerta para que quieran seguir hablando con nosotros, en lugar de cerrar la comunicación e irse.

Hablo menos, siento más

Cuando nuestras palabras están llenas de empatía y no de juicio, logramos más. Vuelve a leer la línea: Cuando mis palabras están cargadas de empatía, logro más.

Entonces, en vez de decir: “Siempre dejas todo para el último momento”, intentemos:

“Sé que puede resultar difícil organizarte con tantas cosas que tienes que hacer, ¿cómo puedo ayudarte?”

Breve y directo

Los adolescentes se desconectan rápido cuando los sermones o lecciones de vida son largos. Vamos a darles mensajes claros y hacerlo en los momentos en que estamos tranquilos, no en medio del conflicto.

El poder de mis acciones

Las palabras son importantes, sí, pero tus acciones lo son más. Si predicamos paciencia, escucha y respeto, mi adolescente empezará a reflejarlo. 

Podemos tener pequeños gestos con los que les demostremos que nos importa su mundo, sus intereses; ya sea sus pasatiempos, alguna actividad que les guste, incluso ver juntos algunos tik toks.


Este año, más que nunca, nuestros hijos necesitan un hogar que se sienta como un refugio, no como un campo de batalla. Ellos viven en un mundo lleno de ruido, expectativas, comparaciones…

Nosotros podemos ser su lugar seguro, pero para lograrlo, no necesitamos ser y actuar de manera prefecta; solo necesitamos estar presentes, con amor y empatía.


Así que, la próxima vez que sientas que tus palabras caen en “oídos sordos”, recuerda que cada esfuerzo que haces para conectar es una inversión en su corazón y en su futuro. 

Sí te escuchan, aunque no siempre lo digan o lo demuestren. Y en los momentos difíciles, recordemos: lo más importante no es tener todas las respuestas, sino, ser el adulto que ellos saben que pueden buscar.



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